Las siglas BIM hacen referencia a la expresión de origen anglosajón Building Information Modeling, que traducida al castellano significa “Modelado de Información para la Construcción”, y cuya legislación en Europa ha visto una importante evolución en los últimos años.
Contrariamente a lo que se suele pensar, BIM no es un programa informático, sino un sistema o herramienta tecnológica utilizada para la gestión de proyectos mediante el modelado digital. Su principal ventaja radica en que es un método de trabajo colaborativo. Con él se pueden centralizar y combinar esfuerzos y conocimientos de constructores, arquitectos, delineantes, ingenieros civiles, estructurales e industriales y clientes sobre una misma planificación. Así, la información, evolución y cambios se encuentran disponibles para todos en tiempo real.
Los beneficios de la metodología BIM aplicada a construcciones y obras de carácter público han sido valorados por Gobiernos y distintas Administraciones. Esto ha derivado en una regulación de esta herramienta que ha ido cambiando hasta el punto de ser obligatoria en ciertos países miembros de la Unión. En otros, como España, las leyes recomiendan utilizarla, pero hay intención de convertirla en un requisito básico en el futuro.
Ventajas de BIM en proyectos públicos
El BIM permite concebir y desarrollar los diferentes proyectos de construcción desde una perspectiva global e integrada. De esta forma, se puede abarcar la totalidad del ciclo de vida del edificio, desde su fase de boceto y diseño hasta su explotación, e incluso la demolición, en las circunstancias en las que esto se aplique. Todo lo anterior supone ventajas importantes respecto al desarrollo de la obra:
Estimaciones presupuestarias más acertadas
Al hacer previsiones a partir de modelos reales llevados a escala, los presupuestos realizados por el BIM Manager son más precisos que cuando no se implementa la metodología. En la práctica, hablamos de un proyecto fluido y que marcha según la planificación, sin pausas por falta de fondos.
Reducción de tiempos
La integración de todas las áreas de conocimiento, tareas y personal, reduce los tiempos muertos y ayuda a que el proyecto se ejecute con mayor eficiencia. Esto sucede tanto en la planificación como en el desarrollo, pues se crea una metodología de trabajo flexible. De igual forma, no es necesario esperar a las respuestas, aprobaciones ni correos y todo se actualiza en tiempo real.
Detección temprana de fallos y errores
La simulación 3D que se realiza de forma continua y va un paso por delante, permite identificar fallos antes de que estos se produzcan. Esto supone una enorme ventaja, pues es posible hacer los ajustes necesarios antes de que los errores se hagan evidentes, con el impacto negativo que esto supondría.
Mejor comunicación entre los agentes implicados
El modelo de sistema colaborativo ayuda a que exista una comunicación efectiva y constante entre todos los miembros del equipo, sin importar su jerarquía o área de trabajo. Además, la posibilidad de almacenar datos y programas en la nube ofrece un acceso permanente a la información y los avances. Esto significa que cada miembro podrá conocer puntualmente los cambios y se mantendrá al día, sin importar donde se encuentre.
Mejora en la calidad
Todo lo anterior se ve reflejado en proyectos que elevan su calidad y aportan más valor. La visión multidisciplinar, comunicación constante y mejora en la eficiencia hacen que el resultado final sea mucho más notorio. Por si fuera poco, esto se logra con menor esfuerzo y recursos.
Ahorro monetario
En última instancia, todos los beneficios de BIM convergen en una disminución de los costes del proyecto. La suma de ahorro desde la etapa de diseño hasta la puesta en marcha y mantenimiento se convierte en un porcentaje importante, en comparación con otros métodos tradicionales. Según datos de la Comisión Europea, hablamos de 13% a 21% en la fase de construcción y de 10% a 17% en la de operaciones.
Evolución de la legislación BIM en Europa
En vista de todas las ventajas que ofrece la metodología BIM, la Unión Europea ha venido trabajando la legislación en materia de obras de infraestructura. Algunos hitos importantes han sido:
- Directiva 24/2014. Un texto legal concerniente a todo el Espacio Económico Europeo que regula las contrataciones públicas. En él se permite la exigencia de ciertos sistemas electrónicos y herramientas de gestión de datos para la ejecución de obras financiadas con presupuestos públicos.
- Ley sobre Contratos del Sector Público. Promulgada en el 2017 supuso la transposición de la anterior Directiva Europea en favor de las leyes españolas. En otras palabras, se le otorga a España la potestad de regir en esta materia. Aquí se reafirmó lo expuesto en el texto anterior para dar plena legalidad a los requerimientos de herramientas digitales en la gestión de obras de interés público.
- Manual para la introducción de la metodología BIM por parte del sector público europeo. También fue presentado en el 2017. Es una clara demostración de las intenciones de seguir impulsando la utilización de la tecnología en materia de construcción para mejorar el acceso a la información sobre proyectos de gran envergadura.
España: situación y legislación BIM
En vista de la intención de implementar BIM de forma obligatoria, el sector público español ha puesto en marcha proyectos que ayudan a difundir la metodología y fomentar su uso. Uno de los más representativos es la Comisión Interministerial BIM, cuya presidencia actual está en manos del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana.
A pesar de que aún no es de carácter obligatorio en todo el territorio español, el BIM está entre las recomendaciones de las Administraciones tanto nacionales como regionales. Aún así, desde 2019 es un requisito para licitaciones públicas de edificación e infraestructuras.
En cuanto a Comunidades Autónomas, hay una excepción notable: Cataluña. En este caso, todos los concursos públicos de obras civiles e infraestructuras que superen los 5.5 millones de euros deben incluir, obligatoriamente, la tecnología BIM. Para regular en esta materia, el Instituto de Tecnología de la Construcción creó la Comisión Construimos el Futuro y desarrolló un manual con 88 pasos para facilitar el proceso a las empresas.
En el marco de organismos hay que destacar la Administración de Infraestructuras Ferroviarias, Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea, Renfe, Correos, Puertos del Estado y Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana. Todos ellos exigen BIM para recibir ofertas en los concursos de obras de su competencia.
Reacción de los gremios de arquitectos y constructores
Aunque las ventajas de BIM en los proyectos arquitectónicos son evidentes, no todas las empresas contratistas lo ven con el mismo entusiasmo. Esto sucede porque la puesta en marcha de este sistema supone inversiones importantes para ellas. La adquisición del software, la formación del personal y la adecuación de los procesos requiere tiempo y esfuerzo, además del evidente desembolso, algo que no todas pueden asumir.
A pesar de la reticencia de algunos sectores, los beneficios de BIM justifican los cambios en la legislación y se espera que terminen por empujar a todas las empresas a adoptar esta herramienta y así mantenerse al día con las exigencias del país. Esto no solamente será una inversión a largo plazo, sino que ayudará a desarrollar proyectos más modernos, sostenibles y acordes con la realidad actual.
Obligatoriedad del BIM en otros países de Europa
Mientras que en España estamos a medio camino hacia la obligatoriedad del BIM en proyectos públicos, la situación es un tanto diferente en el resto de Europa. En los países nórdicos como Dinamarca, Noruega y Finlandia, además del Reino Unido, esto ya es una realidad. De hecho, este último es quizá el líder de la región y viene impulsando desde 2011 la construcción de ferrocarriles a través de esta tecnología. Esto ha significado un auge en los proyectos viarios que se ha extendido a otras ramas de la construcción.
Las ventajas del BIM se han hecho tan evidentes que la Unión Europea ha querido aprovecharlas de forma sistemática en sus obras de infraestructura. Es por eso que la legislación BIM en Europa, y en especial en España, se mantiene en constante renovación. La meta es que en el futuro cualquier construcción, del tipo que sea, sea realizada bajo esta metodología que permite reducir costes y esfuerzos al tiempo que da mejores resultados.
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