Para encontrar nuevas ideas o desarrollar aquellas que han estado guardadas en el cajón durante largo tiempo, el proceso creativo es la herramienta ideal. Veamos en qué consiste, cuáles son sus fases y qué papel desempeña el director de arte en los proyectos.
¿En qué consiste el proceso creativo?
El proceso creativo es aquel conjunto de etapas que recorre el artista para obtener inspiración y poder llevar a cabo su nuevo proyecto. En definitiva, es el camino que da forma a la idea. Gracias a él, los artistas dan luz a grandes obras y proyectos. Y aunque las fases del proceso creativo pueden aplicarse a cualquier ámbito, el director de arte es uno de los profesionales con más habilidad para ponerlo en práctica. Pero, ¿cómo se logra crear de la nada?
En un pasado, el proceso creativo se relacionó con elementos externos como las musas o, sencillamente, la genialidad. Sin embargo, hoy en día sabemos que se trata de una compleja e intensa actividad cerebral de la que se desconoce su funcionamiento.
Fases del proceso creativo
Existen distintos enfoques que teorizan sobre el proceso creativo. Sin embargo, uno de los más conocidos e interesantes es el formulado por el profesor Graham Wallas. Según este teórico de ciencias políticas y relaciones internacionales, son cuatro las fases.
Preparación
La primera fase del proceso creativo es voluntaria y consciente. Durante ella, el objetivo es identificar situaciones problemáticas, interesantes y curiosas en un contexto determinado y recopilar la mayor cantidad de información posible. De este modo, el pensador creativo puede detectar oportunidades y decidir dónde quiere intervenir.
Incubación
La siguiente etapa del proceso creativo se caracteriza por la desconexión del problema durante un periodo de tiempo determinado —ya se trate de horas, semanas, meses o años—. Alejarse puede dar lugar a los estímulos o circunstancias necesarias para concebir la idea o solución, hasta el momento inaccesible de forma consciente.
La fase de incubación se caracteriza por periodos de actividad y pausa, según el estado de ánimo del creativo. Durante ella, las anotaciones, conexiones y modificaciones mejoran la generación de ideas. Un detalle especialmente relevante si tenemos en cuenta que estas surgirán de forma espontánea, ya sea durante un viaje, caminando o al despertar. Si bien el periodo de incubación es esencial para que puedan aflorar, es la etapa en la que muchas personas abandonan el proceso creativo.
Iluminación
También conocida por algunos autores como “experiencia Eureka”, esta fase del proceso creativo corresponde al momento en que las ideas empiezan a tomar forma. Es decir, en esta etapa surgen las soluciones al problema o reto.
Sin duda, este es uno de los instantes de mayor satisfacción personal, ya que no solo se obtiene la recompensa a la inversión de las fases anteriores, sino que supone haber transitado un camino que nadie ha recorrido antes.
Verificación
Aplicar, evaluar y fortalecer los resultados son las claves de la última fase del proceso creativo. A través de estas acciones, los artistas pueden corregir y mejorar los elementos del proyecto para obtener un buen resultado final. De este modo, se comprueba si el proceso creativo originó los frutos deseados o si, en cambio, es necesario retroceder hasta la fase de incubación y considerar nuevas alternativas con el fin de perfeccionar la idea.
Cómo hacer un proceso creativo
Tener una idea es como armar un rompecabezas en nuestra mente, en donde cada pieza es un elemento que puede combinarse con otros muchos.
Mauro Azua
La intuición y el instinto son dos elementos fundamentales durante el proceso creativo. No obstante, existen ciertos pasos que conviene que estén presentes en todo proyecto, independientemente del ámbito en el que los apliquemos. Veamos cómo hacer un proceso creativo y obtener un buen resultado.
Localizar el reto o problema
Para ello, el primer paso es observar la realidad —tanto externa como interna—. Solo a través de la contemplación podremos identificar aquella situación que podría mejorarse, reconocer qué falla y puede cambiarse. Una vez encontrado el problema o reto, conviene preguntarse qué podemos hacer al respecto, es decir, qué objetivos vamos a establecer y cuáles son nuestras metas.
Lluvia de ideas
El brainstorming o “tormenta de ideas” es una herramienta creativa útil para generar alternativas de lo más diversas, independientemente de su practicidad. De modo que cuando llevemos a cabo este paso, anotaremos y aceptaremos todas las ideas que surjan.
Evaluar y seleccionar ideas
Una vez hayamos obtenido el mayor número de ideas, es momento de organizarlas y evaluar cada una de ellas. El objetivo será identificar cuáles son más atractivas a la par que eficientes y si podría incorporarse algún detalle a mayores.
Después, seleccionaremos la más adecuada con vistas a obtener el mejor resultado, aquel que nos permita expresar lo que deseamos o resolver el problema que tenemos entre manos.
Probar las ideas
Cuando hayamos desarrollado la idea, comprobaremos su funcionamiento antes de presentarla. De esta forma, identificaremos si es necesaria alguna modificación. Además, de este modo también podremos obtener feedback, considerar posibilidades de mejora e, incluso, adquirir ideas interesantes para nuevos proyectos creativos.
¿Cuál es el papel del director de arte en el proceso creativo?
Si existe un profesional que esté constantemente expuesto al proceso creativo, ese es el director de arte. Esta figura, muy codiciada entre los artistas, debe gestionar y solucionar las dificultades que se presenten en el proyecto. Al fin y al cabo, el director de arte es la persona que usa la creatividad para dar forma a las ideas de manera cuidadosa y detallista.
Normalmente, el director de arte forma una pareja creativa o dupla con un redactor publicitario con el objetivo de causar el mayor impacto en el cliente. De hecho, el director es el encargado de seducir a través de la imagen, de modo que requiere capacidad de observación, conocer multitud de técnicas y gestionar proyectos correctamente. Es decir, puede abarcar trabajos tan diversos como la creación de un logo, el diseño de una página web o la gestión de redes sociales —entre otros— gracias a su diversidad de conocimientos y equipo creativo.
Por otro lado, el director de arte no solo está presente en cada una de las partes del proceso creativo, sino que su figura es fundamental. Eso sí, siempre respaldado por profesionales de otros sectores, a quienes debe comunicar con eficacia la información necesaria para desarrollar correctamente el proyecto.
En definitiva, el director de arte lleva a cabo funciones como:
- Establecer la filosofía, los objetivos y la estrategia dentro de una empresa de marketing y publicidad.
- Supervisar y orientar al equipo para lograr la máxima eficiencia en las distintas funciones. Es decir, asigna tareas al resto de profesionales.
Requisitos para ser un excelente director creativo
Aprende las reglas como un profesional, para que puedas romperlas como un artista.
Pablo Piccasso
Para que este profesional pueda destacar entre otros creativos del sector, debe poseer cualidades que favorezcan el éxito del proyecto.
Liderazgo
Entendemos por liderazgo a la capacidad de influir, motivar y organizar a las personas. Si bien esta habilidad puede desarrollarse con práctica, un buen director creativo es capaz de sacar lo mejor de todos los miembros del equipo. De hecho, parte del trabajo del director es reconocer el talento y utilizarlo en el momento oportuno.
Habilidades comunicativas
Por otra parte, el director de arte no solo debe asistir a reuniones para conocer qué busca el cliente, cuáles son sus objetivos, las estrategias y los presupuestos del proyecto, sino que también necesita comunicar sus ideas a los miembros del equipo, escuchar sus opiniones y aportar una crítica constructiva cuando sea necesario. Por tanto, la empatía y la delicadeza, así como la asertividad, son algunos de los rasgos indicados para un buen director de arte.
Organización
Entregar el trabajo en el momento acordado, respetar los tiempos y gestionar correctamente el presupuesto del proyecto es sinónimo de profesionalidad. Por ello, una de las cualidades que debe poseer todo director creativo es saber establecer prioridades, tener la capacidad de trabajar bajo presión, mantener la calma y hacer un balance adecuado entre creatividad y desempeño.
Conocimientos técnicos
Para que el proceso creativo del director artístico sea eficaz, este debe contar con conocimientos y experiencia en distintas disciplinas de arte. De hecho, un detalle fundamental es permanecer actualizado respecto a las tendencias y novedades del mundo visual, tanto para conectar más fácilmente con el público como para hacer frente a la competencia. Además, la formación del director de arte debe ser continua, ya sea asistiendo a conferencias y ferias del sector o realizando cursos sobre técnicas innovadoras.
De todos modos, lo más habitual es empezar estudiando diseño gráfico y ampliar conocimientos en una rama específica. De forma que si quieres desarrollar tus propios procesos creativos, en ESDIMA puedes sumarte al Curso de Diseño Gráfico o al Máster en Diseño Gráfico y Web UX.
Autoanálisis
Aquellos creativos que aspiran a la excelencia deben tener la capacidad de analizar sus aptitudes así como el trabajo que han realizado. Para ello, es importante comprender que los resultados del proceso creativo tienen su propio ritmo y que la paciencia es una virtud.
Pensamiento creativo
Además, estimular la imaginación debe ser algo que se haga frecuentemente. Para lograrlo, el artista debe tener la voluntad de arriesgarse sin miedo al fracaso, superar los obstáculos que se presenten y tener confianza en sus propias capacidades. Tener la mente abierta al conocimiento, hacer frente a las críticas y sentir pasión por el proyecto también permitirá que las ideas fluyan sin resistencia.
Red de contactos
No importan los años de experiencia que cualquier profesional tenga a sus espaldas: siempre se puede aprender. Una de las alternativas para obtener nuevos conocimientos es identificar a personas cuyo trabajo destaque entre el resto e intentar conectar con ellas. De hecho, nunca fue tan sencillo como hoy en día a través de redes sociales como LinkedIn, Behance e Instagram.
Humildad
Por último, la modestia es un valor que debe tener cualquier profesional, independientemente de su sector. No obstante, el director creativo debe trabajar con artistas con una visión muy singular y personal de la realidad. Por ello, conviene ser respetuoso y considerado tanto con el talento como con la perspectiva ajena. Recuerda que el director de arte no solo es artista, sino también un comunicador.
Aunque es habitual que el proceso creativo pase desapercibido, lo cierto es que toda creación es el resultado de este conjunto de etapas. Además, llevarlo a cabo requiere perseverancia, habilidades personales y conocimiento técnico, así como una mente abierta a la creatividad. Por esta razón, la presencia del director creativo en los equipos artísticos es fundamental y su figura supone un antes y un después en todo proyecto.
Sin duda, el proceso creativo de un artista es un viaje único y personal que varía de una persona a otra y de una disciplina artística a otra. Sin embargo, hay ciertos elementos comunes que a menudo se encuentran en este proceso. Dichos elementos son la inspiración, la exploración, Incubación, creación, revisión, relexión y compartir.