El Diseño Gráfico es, ante todo, una forma de comunicación. En esencia, el diseño gráfico consiste en combinar colores, forma, tipografías y otros elementos con el fin de crear un producto visual capaz de transmitir un determinado mensaje de una forma impactante, directa y eficaz. Así, fácilmente podemos comprender la importancia que el diseño gráfico tiene en el sector de la publicidad, y también su papel relevante durante la II Guerra Mundial como instrumento de propaganda política.
A lo largo de la II Guerra Mundial, y de cualquier conflicto bélico, las comunicaciones, los transportes, los suministros de agua, gas, electricidad y, en general, la vida diaria se detiene. Pero mientras esto sucede, otra maquinaria se pone en marcha, la propaganda política, una maquinaria dependiente de forma absoluta del diseño gráfico y del talento, ingenio y creatividad de los diseñadores gráficos profesionales.
Rosie The Riveter (Rosie la remachadora), es uno de los mayores ejemplos del diseño gráfico al servicio de la propaganda estadounidense durante la II Guerra Mundial. En estos años, muchas mujeres abandonaron sus tradicionales puestos como amas de casa para sustituir en las fábricas a sus esposos,, que habían marchado al frente. Fue J. Howard Miller quien diseñó este cartel para la empresa Westinhouse Electric representando a una fornida mujer sacando músculo bajo el lema: “We can do it!” (podemos hacerlo.
En el extremo opuesto, la Alemania nazi, con una feroz maquinaria de propaganda dirigida por el muy creativo Joseph Goebbels. Un buen ejemplo del diseño gráfico alemán de esta época es el cartel “La victoria será nuestra” en el que un soldado alemán permanece impasible, con la mirada al frente, mientras tras de si ondean las banderas nazis.
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