El ámbito del marketing, la publicidad, la comunicación y la fidelidad de marca ha ido ampliando mucho en las últimas décadas y aún más en los últimos años. Con la llegada de mejores tecnologías, el trabajo a través de ordenadores y equipos informáticos, el diseño gráfico y el gran boom que hemos tenido de redes sociales y conectividad, este sector ha sufrido muchísimos cambios y sigue a día de hoy cambiando de forma continua, explorando nuevas formas de llegar a los clientes Y de convencerles de la compra o a traerles a través de los ojos y los diferentes sentidos. Entre todas esas materias que se han ido desarrollando hasta un punto realmente increíble, encontramos la del Packaging, una forma muy interesante de conectar con el cliente y de ofrecer una buena experiencia de usuario desde el momento previo a la compra hasta que se abre la caja o se utiliza.
Y no solo hasta que el producto es extraído, sino que en muchos casos puede llegar a ser un factor importante meses o años después. Por poner un ejemplo, diremos que los ordenadores de Apple, los famosos iMac, cuentan con un Packaging muy interesante. Es una caja del tamaño del ordenador que ofrece una base algo más ancha que la parte superior en la que encontramos un asa. Esta caja no solo nos permite llevar ordenador a casa después de comprarlo y transportarlo hasta el lugar en el que pensamos instalarlo, sino también llevárnoslo de nuevo a otra habitación, realizar algún tipo de mudanza sin problema y estar seguros y tranquilos de que no se romperá ni se moverá gracias al corcho y los diferentes elementos que encontramos en su interior. Y es un caso bastante sencillo de Packaging.
En el ámbito de consumo por impulso, el Packaging juega un factor aún más importante.
¿En qué consiste la materia del packaging?
El Packaging es todo lo relacionado con el método y la forma de empaquetado de un producto. Va desde el diseño de la caja hasta la forma en la que está distribuido el producto y sus diferentes accesorios en el interior. Los colores, los usos que tiene antes y después de extraer el producto, lo atractivo que pueda resultar y las ideas o sensaciones que llegue a transmitir al cliente. Un buen Packaging es aquel que conecta de forma instantánea con el cliente o el usuario y que ofrece una experiencia especial, el fin de cumplir con los objetivos para los que ha sido diseñado de esa manera. Eso objetivos pueden ser, por ejemplo, los de finalizar al usuario, repetir la compra o hacer que esté contento con dicha adquisición, como puede ser en el ejemplo que me has puesto antes del ordenador de Apple.
El encargado de realizar el Packaging o de diseñar su aspecto y sus diferentes pliegues o elementos de cara a su creación es el diseñador de la empresa. Sabemos que hay diferentes tipos de diseñadores y ramas dentro de esta materia. Un diseñador realiza un curso en diseño gráfico para reforzar todos sus conocimientos en la materia
Por un lado tenemos los diseñadores gráficos, que serán los que se encargan de realizar la imagen que aparezca fuera, los colores y otros aspectos. Por otro lado encontramos diseñadores de productos que pueden ser más aptos para llevar a cabo la labor de creación de la caja y de los diferentes pliegues, materiales y elementos que sean afines a ella, así como otra serie de características. Para un Packaging perfecto, lo ideal es contar con un departamento especializado con gran experiencia en esta materia y en otras como la de marketing, comunicación y ramas menores pero decisivas a la hora de conectar con el cliente.
Cómo hacer un packaging ideal para el producto
Para crear un Packaging ideal y llevar a cabo una obra que permita cumplir los objetivos de la empresa, Fidel izar a los usuarios, invitarles a adquirir el producto y conectar con ellos, tendremos que seguir una serie de pasos y tener en cuenta ciertas limitaciones, características y riesgos a los que nos enfrentamos. Para empezar, tenemos que tener en cuenta qué tipo de producto es y a qué tipo de público nos dirigimos. Esto es algo básico e imprescindible para toda la materia de marketing y publicidad, no solo para la realización del Packaging. Segundo lugar, tendremos que decidir que queremos transmitir y cuál es la manera óptima para ello.
Por ejemplo, podemos conectar el uso o el material del producto con el aspecto de la caja. Es el caso del clásico ejemplo de envases de zumo a los que se les da la forma, el color y el aspecto de la fruta con la que están hechos. Con un color intenso o un diseño que proporcione la información del producto al mismo al mismo tiempo que lo haga llamativo, lograremos el impacto deseado y lograremos un buen packaging, aunque, para garantizar una buena guía sobre la forma de conectar con el cliente mediante el packaging, veremos a continuación otros elementos a tener en cuenta, algunas ideas y consejos.
Elementos a tener en cuenta para un buen packaging
Podemos trabajar diferentes tipos de Packaging según las necesidades que tengamos, los objetivos o el momento en el que se encuentra nuestro producto y el mercado. Esto nos da un abanico infinito de posibilidades a la hora de diseñar y trabajar el paquete y el aspecto de aquello que pretendemos lanzar al mercado. Para empezar, podemos presentar nuestro producto según la idea, la emoción, la filosofía o el sentimiento que queremos transmitir. Es decir, reducir su envoltorio a la sensación que promete dicho producto al consumidor directo. En segundo lugar, podemos tratar de llevar dichos productos a un contexto diferente, es decir, descontextualizar el producto a través de un paquete. Es una muy buena idea a la hora de hablar de la historia de la marca o de la empresa en el empaquetado.
Supuesto, elementos como la apertura, el diseño, los colores Y otros aspectos son muy importantes y podemos jugar con ellos como queramos. Eso sin perjuicio de pretender llegar a algo más con los productos. En el caso de las empresas que envían paquetes a casa o de ciertas marcas de alta gama, jugar con el factor sorpresa puede ser un añadido muy interesante. Y es algo que se adquiere mediante el paquete y la forma en la que éste está constituido.
Por último, recomendamos tener en cuenta el momento en el que nos encontramos, ya sea por el calendario o por la época y las tendencias. Por ejemplo, en Navidad es muy típico en volver y empaquetar ciertos productos con temática propia de la festividad. Colores como el rojo y el blanco son muy típicos de Navidad. Luego, para productos más premium y de cara al fin de año, se utiliza más el negro, el plateado y el dorado. Y si es un momento especial para el producto, podemos destacarlo también lanzando algún tipo de Packaging especial, algo así como una oferta limitada, lo que podría ser una gran oportunidad para conectar con el usuario o cliente y finalizarlo de cara un futuro próximo.
Lo más importante: llamar la atención del consumidor o potencial cliente
Cuando hablamos de fidelizar al cliente, lograr que repita la compra en un futuro o vuelva a confiar en nuestra marca, conseguir que perciba el producto tal y como lo hemos pensado y diseñado etc, hablamos de conectar con él. Y no solo con un cliente final, sino, para ser más correctos, diremos que lo haremos con el cliente potencial. Es decir, con aquel que, independientemente del hábito de compra que tenga o de si finalmente se lleva o no dicho producto a casa, puede ser nuestro público y formar parte del sector al que nos dirigimos con dicho packaging y con nuestra campaña publicitaria o nuestro plan de marketing.
Si lo que queremos desconectar de esa forma y lograr un buen Packaging, es imprescindible que trabajemos la parte de llamar su atención. Es muy absurdo trabajar un buen Packaging o una forma muy original e invertir tiempo, trabajo y dinero en ello si después no va a poder ser percibido por el usuario en una tienda o en un local porque el diseño a que sea poco llamativo. Por norma general, los consumidores no se dirigen de forma directa el producto, sino que se lo encuentran en la tienda. Deberemos tener en cuenta esto para garantizar que llegue a ojos del cliente potencial y este quiera acercarse al producto, llamando no solo su atención en un primer momento, sino también su curiosidad y su interés. De este modo, si es lo que necesita o algo que pueda resultar atractivo para él, se planteará comprarlo y, si el producto es bueno y se logra esa conexión deseada, repetirá la compra y probablemente lo recomiende a conocidos, familiares o amigos.
Todo ello no es posible sino un buen Packaging, para lo que necesitamos un buen equipo en la empresa y departamento de diseño y de marketing que trabaje y garantice ese éxito.